Extraído de La Opinión 22-11-2008:
A las ocho y un minuto de la mañana, justo al inicio de la jornada laboral, A. E. caía desde un tejado de pronunciada pendiente a una altura de unos siete metros, supuestamente sin tener el casco y el arnés. Hasta el lugar el suceso se desplazó una UVI móvil del 112 que nada pudo hacer ya por su vida, pues a pesar de los intentos de reanimación, el obrero había fallecido debido probablemente al el tremendo golpe recibido en la cabeza. Tras el levantamiento del cadáver, en presencia de la Guardia Civil y el juez, fueron los responsables de la funeraria local, Nuestra Señora de la Piedad, quienes trasladaron al finado hasta el tanatorio del hospital Virgen de la Concha para realizarle la autopsia.
La embajada de Marruecos ya ha sido informada el fallecimiento, y posiblemente el lunes comiencen los trámites para la repatriación del cuerpo del infortunado joven.
A lo largo de la mañana técnicos de la Inspección y de la Oficina Territorial de Trabajo de la Junta de Castilla y León estuvieron recabando datos en el lugar del siniestro con el fin de elaborar un informe detallado de los hechos.
La noticia del accidente corrió como la pólvora de boca en boca y todo el mundo hacía sus cábalas intentando recordar al joven «pequeño y tímido, que siempre iba con un amigo alto y fuerte». Sus compañeros más cercanos, como Amador B. se encontraban conmocionados por el suceso «pues he sido compañero de él de trabajo y ahora estoy de baja por un problema en la espalda». El joven recordaba con gran tristeza y especial cariño «a una buena persona, que estaba entusiasmado con el carnet de conducir recién sacado y ahorrando para comprarse un coche». Para sacar el carnet se había ido a su país «porque aquí tenía muchos problemas en la autoescuela para entender el idioma». Su futuro pasaba por quedarse a vivir en España, aunque seguía teniendo contacto con su madre y hermana, que residen en Marruecos.
El accidente laboral de Morales del Vino supone la tercera víctima mortal en una semana trágica en Castilla y León.
Desde CNT nos solidarizamos activamente con el fallecido y reiteramos que cada día, sólo en España, mueren 4 personas en sus puestos de trabajo o cuando se desplazan hacia ellos. Una lacra inadmisible que sólo sirve para aumentar los beneficios empresariales, crear dolor y perpetuar este injusto sistema capitalista.
NO SON ACCIDENTES: SON ASESINATOS