Conduciéndose de manera violenta, la UIP se presentó en el piquete informativo y, sin mediar palabra, intentó retirar la pancarta informativa, cosa que no lograron ante la negativa de los componentes del piquete a permitir que inculcaran su libertad de expresión. Ante esta situación, y sin mediar provocación alguna por parte de los afiliados de la CNT, deciden los miembros de la Policía aplicar su propia ley, empujando, dando golpes a diestro y siniestro y tirando al suelo a varios de los concentrados. Ante la resistencia de los militantes de la CNT a ser avasallados y golpeados, sabiendo a ciencia cierta que no estaban cometiendo ninguna ilegalidad, la UIP desplegará una fuerza policial desmesurada procediendo a detener de manera arbitraria a dos miembros del Sindicato al tiempo que retienen al resto de los concentrados, de manera completamente ilegal pues a continuos requerimientos de dejarnos marchar, nos contestaban que teníamos que esperar a un acta que estaban redactando, cosa que era completamente mentira pues nunca presentaron tal papel.
Pero, como si estos actos no fuera suficientemente graves como atentados contra la libertad de expresión, en el tránsito hacia la comisaría, varios números de los perros servidores del Estado llamados policías, deciden torturar al compañero detenido, golpeándolo reiteradamente, tirándolo al suelo para “reducirlo” cuando ya estaba esposado y agarrado por varios de estos macacos, aprovechando para darle varias patadas. Estos actos violentos se reprodujeron dentro de las dependencias de la comisaría ya que no se le ingresa directamente en una celda sino se le mantiene en un coche, golpeándole la cabeza reiteradamente contra la puerta del mismo, al tiempo que le dan numerosos puñetazos, dejándole evidentes marcas de los golpes en su cara y parte del cuerpo. Posteriormente, cuando ya lo meten en el calabozo, con la excusa de proceder a cachearlo, lo desnudan hasta 3 veces con la clara intención de humillarlo y denigrarlo. Así se conducen estas personas que pretenden ser los garantes de la ley.
El talante de estos supuestos servidores del pueblo quedó de manifiesto cuando nos acercamos a la Comisaría para interesarnos por el estado de nuestros compañeros, en donde nos estuvieron engañando y mintiendo, diciéndonos que habían sido trasladados a un Centro Médico cercano, cuando la realidad era que estaban en dichas dependencias. Así estuvieron durante más de dos horas hasta que finalmente, ante la insistencia del Sindicato por conocer el estado de sus afiliados, decidieron informarnos que los detenidos, efectivamente, estaban en los calabozos de la comisaría.
Tras pasar la noche en los calabozos, nuestros compañeros son trasladados a los Juzgados de Guardia en donde, para sorpresa nuestra, nos enteramos que habían sido acusados de resistencia y atentado contra la autoridad como si nosotros nos hubiéramos conducido de manera violenta y nos hubiéramos dedicado a golpear con nuestras cabezas, los puños y porras de la UIP. Pero aquí no acaban las sorpresas pues puestos en contacto con la Delegación de Gobierno, se nos informa que se nos había impedido ejercer nuestro libre derecho de expresión porque estábamos alterando el orden público e impidiendo el paso a más de 300 personas al concierto, como si 6 personas pudieran parar a esa cantidad de gente, cuando la realidad era que mucha gente no entraba porque no quería y buena parte de los mismos permanecían en torno al piquete informativo mostrando su solidaridad con el mismo.
Obviamente, este grave atentado contra la libertad de expresión, que recuerda a los peores momentos de falta de libertad, en donde las fuerzas policiales estaban por encima de cualquier ley, no puede quedar impune pues supone aceptar de hecho la imposición de una dictadura inculcando los derechos fundamentales de todos los habitantes de este país. Las responsabilidades sobre estos actos recae directamente sobre la cabeza de los mandos policiales que permiten que sus subordinados actúen impunemente a sabiendas; de la Delegación de Gobierno, que ampara una y otra vez tal violencia policial; y del grupo Extremoduro cuyo equipo se dedicó a calentar el ambiente, provocando, insultando y amenazando con la clara intención de provocar un altercado violento, demostrando con los hechos cuál es el verdadero talante de este supuesto grupo de rock “alternativo”.
Ante esta realidad y como forma de demostrar que tales actos no pueden quedar impunes, la CNT convoca una concentración de protesta para el próximo sábado 8 de noviembre, a las 12:00 horas de la mañana en la Plaza del Adelantado.
Por la libertad de Expresión
Por la libertad de Reunión
Por la libertad de Manifestación
No a la Violencia
No a la Tortura
No a la Represión Policial
¡Acude!, ¡Protesta!
CNT de Canarias
www.cnt.es/sgae
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