Los trabajadores de la macroplanta de residuos sólidos de Ulea se encuentran indefensos ante la empresa, debido a una manipulación de la representación sindical, que ostentan, en nombre de Comisiones Obreras, tres personas allegadas al Partido Popular y que fueron impuestas desde la alcaldía del ayuntamiento de Ulea, según fuentes solventes. El regidor municipal, José Bolarín, impuso una lista que fue aceptada por el resto de trabajadores ante el temor a represalias y a perder sus puestos de trabajo. Los tres integrantes del comité de empresa, de CC.OO, son la mujer del alcalde, Soledad López Moreno, un destacado miembro del PP local, Juan de Dios López Martínez, y Jesús de la Cruz López García, hermano de la directora general de Juventud, del PP.
De esta forma se explica que no hayan salido a la luz numerosos accidentes ocurridos dentro de la planta, y las amenzas y la continua tensión a la que están sometidos los trabajadores que, además, tienen que votar al Partido Popular, porque de ello depende el futuro de su puesto de trabajo. Estos tres presuntos sindicalistas actuan con el beneplácito de Buenaventura Gómez, gerente de las instalaciones que gestiona CESPA.
Un paripé sindical del que queremos creer que desconocía el sindicato de clases. No obstante, el representante del sindicato, en su departamento de Actividades Diversas, Angel Garro, justificó la designación de estas personas porque "Comisiones Obreras es un sindicato plural y no mira las siglas políticas de sus afiliados". Asimismo, dijo que en sus visitas a la planta todo estaba en condiciones, aunque reconoció que para acudir "siempre hay que pedir cita previa".
VMPress informó meses atrás de la situación de los trabajadores y ofreció imágenes de algunos tratando con la basura sin guantes, mascarilla ni indumentaria profesional.
Además de accidentes menores, un trabajador ha perdido una pierna y otro un brazo, en los últimos meses, mientras que otra trabajadora contrajo hepatitis al pincharse con una jeringuilla durante la manipulación de la basura.