Nada bueno para el trabajador y la misma cantinela para el tirano opresor: en esta primavera del 2010 asistimos a uno de los períodos de mayor crisis político-social de los últimos tiempos a nivel nacional e internacional: la tan cacareada crisis económica que desde hace unos años afecta al sistema laboral, social y financiero, es un hecho consustancial e inherente a un sistema liberal dominante cuyo eje central es la explotación indiscriminada y la desigualdad exacerbada, hechos sin los cuales no tiene razón de ser.
El denominado sistema capitalista que domina el mundo a gran escala no tiene otro fin que la expoliación de los recursos humanos y del planeta para el enriquecimiento ilícito de las élites dirigentes (empresarios y gobernantes), sustentadas desde la tiranía de quien se aboga el derecho a representar a la humanidad y decidir por ella sin base legítima alguna, bajo el amparo de eso que llaman “democracia liberal representativa” que es la mayor de las dictaduras encubiertas debido a la complicidad de las masas que se creen soberanas al poder votar sobre quien decidirá sobre los designios de nuestras vidas.
Falacia ésta que se asume en gran medida como un mal menor, sin darse cuenta de que la abstención activa es la mejor herramienta para derrocar a quien usurpa nuestra soberanía y capacidad de decisión sobre nuestras vidas ya que los derechos humanos son inherentes a la vida, y ésta sólo se puede desarrollar en libertad e igualdad si somos los dueños de nuestro destino, tomando parte en todas y cuantas decisiones nos afectan como personas y como comunidad a través de la democracia directa a desarrollar en el seno de nuestro pueblo, nuestro barrio, nuestro trabajo y todos los ámbitos de nuestra vida, sin delegar nuestra capacidad y soberanía en nadie que corrompa y tiranice nuestros deseos.
Sólo con la redistribución equitativa de la riqueza producida por los trabajadores con su fuerza colectiva se evita la generación de la plusvalía que necesita el Capital para lucrarse y enriquecerse a costa de los demás; sólo con la redistribución de los bienes generados por el pueblo y su distribución al valor de producción y no de mercado especulativo se acaba con intermediarios improductivos que viven de la especulación del sistema capitalista.
La solución a la crisis es muy sencilla, sólo hay que transformar el sistema para conseguir apropiarnos de nuestras herramientas de trabajo para nivelar las desigualdades de acceso a los recursos; es entonces cuando habrá trabajo para todos, con unas jornadas dignas y decentes sin explotación, ya que se producirá lo suficiente para cubrir todas las necesidades de la población con un reparto equitativo. El mundo capitalista es injusto e insostenible.
La crisis y el paro sólo son aspectos que necesita el sistema capitalista para sobrevivir y bajo el engaño de que deben estar ahí los gobiernos para sacarnos de la crisis, viven a nuestra cuenta manejados por los grandes monopolios financieros del neoliberalismo global.
Ante este ataque global, los trabajadores unidos tenemos una herramienta y arma muy eficaz que es la fuerza de la solidaridad internacionalista y a través de la huelga general se puede parar toda la producción hasta ir conquistando los derechos que nos permitan hacernos con el control de nuestras fábricas, nuestras tierras, nuestras escuelas, nuestras empresas, nuestras vidas...
¿Otra Reforma Laboral para perder más derechos? ¡No!. ¿Jubilación a los 67? ¡No!. No hay reforma que valga, sólo cabe la Revolución constante hasta ser dueños de nuestras vidas.
Es mentira que haya que retrasar la edad de jubilación para asegurar las pensiones; sólo hay que redistribuir la riqueza y las rentas entre los trabajadores eliminando parásitos sociales como políticos, burócratas, militares, policías, banqueros, etc. y habrá seguridad social para todos de una forma digna y solidaria transformando la sociedad y llegando a la igualdad económica y social.
El medio de lucha y el camino para conseguir esto está claro; no caben medias tintas; o se lucha por transformar la sociedad día a día o las “reformas” perpetúan la desigualdad y aniquilan derechos y conquistas sociales. Para ello hay herramientas suficientes, sólo hay que utilizarlas y adherirse a ellas, cada cual como mejor considere oportuno. Nosotros demostramos que la unión, la acción directa y la autogestión es la mejor forma para ello. El anarcosindicalismo es nuestro medio, una sociedad mejor el fin.
Esto tiene mayor sentido que nunca en este año 2010, cuando nuestra Confederación cumple 100 años de lucha ejemplar y conquistas sociales para la clase trabajadora y la humanidad, llegando incluso a hacer una Revolución Social Libertaria en el 36, una de las experiencias más libres jamás conseguidas. Hoy como ayer, nuestro Ideal y nuestra finalidad sigue siendo la misma; transformar la sociedad hasta alcanzar la Justicia Social.
Si de verdad quieres salir de la crisis y acabar con todo el sistema que la sustenta lucha con nosotros, ¡afíliate y lucha por tus derechos!.
¡AHORA MÁS QUE NUNCA ANARCOSINDICALISMO!
Sede del sindicato CNT: Avda. Cardenal Cisneros 64, local bajo (Zamora)
(1º mayo 2010)