Así, se sube los impuestos indirectos como el IVA, que gravan de
forma más injusta a las clases trabajadoras, que ya soportan el grueso
de la presión fiscal, con lo que vemos nuestro poder adquisitivo
reducido día a día, más aún cuando a la subida de impuestos se le une la
congelación salarial pactada por empresarios y CCOO-UGT, cuando no se
nos recorta directamente el sueldo a resultas de una reforma laboral aún
más agresiva contra los derechos de los trabajadores tras el trámite
parlamentario, o por los continuos recortes al salario de los empleados
públicos.
Por contra, se rebajan las cotizaciones sociales de los empresarios,
un punto este año y otro punto adicional para el año que viene, se
mantienen las bonificaciones para los contratos más precarios como el de
aprendizaje o emprendedores, y se plantea una amnistía fiscal que da
cada vez mejores condiciones a los grandes defraudadores, mientras se
preparan para poner a disposición de la patronal los sectores
estratégicos más rentables como el ferroviario y el aeroportuario.
Para seguir cebándose con los más débiles, recortan las prestaciones
por desempleo, las contributivas con un recorte del 10% a partir del
sexto mes de prestación, y las no contributivas con la eliminación del
subsidio del PREPARA y mayores requisitos para la percepción de la RAI,
todo ello cuando padecemos niveles de paro que no dejan de crecer y que
no dejarán de crecer con medidas que no hacen sino promover los despidos
y el desempleo.
De igual forma, aprovechan el pacto sobre la reforma del sistema de
pensiones que puso en marcha el PSOE con el apoyo de CCOO y UGT, para
acelerar ahora el retraso de la edad de jubilación a los 67 años.
Los gobiernos y las instituciones europeas están aplicando políticas
que no tienen otro objetivo que hacer pasar como inevitables todo un
conjunto de medidas inaceptables que suponen un atraco contra los
derechos y el bienestar de los trabajadores y trabajadoras,
especialmente en los países del sur de Europa, a quienes no se nos
presenta otra alternativa que la devaluación de nuestros salarios,
nuestros derechos y nuestras condiciones de vida, en un escenario de
privatización y desmontaje de servicios públicos y sociales que eran ya
muy insuficientes.
El mismo día que se anunciaban estos recortes, llegaba la marcha
minera a Madrid. La situación social creada por los recortes y los
constantes ataques del Gobierno exigen la extensión de luchas como la
minera a todos los sectores sociales. Todos los trabajadores y
trabajadoras, en activo o en paro, públicos o de la empresa privada,
tenemos los mismos motivos para luchar, en la calle y en las empresas,
porque es la hora extender la solidaridad de clase y la unidad de las
luchas. La Policía (es decir, los perros armados al servicio de los capitalistas) cargaban indiscriminadamente contra los manifestantes, y días después lo harían contra los trabajadores funcionarios y otros manifestantes.
Desde CNT consideramos que no podemos seguir esperando. Lo único que
nos espera, si los trabajadores y trabajadoras no nos movilizamos de
forma masiva y contundente, son nuevas oleadas de recortes. Es hora de
romper con un sistema político y económico corrupto que hace aguas, e
intervenido de hecho por las instituciones financieras internacionales.
Es el momento de ponernos en marcha.
Organizaciones sindicales combativas y movimientos sociales debemos
romper la fragmentación de las luchas, acabar con movilizaciones
simbólicas y estériles y poner en pie un calendario de movilizaciones
con capacidad de enfrentar y revertir estas políticas en favor de la
clase trabajadora, donde la huelga y la paralización de la actividad
económica en todos sus aspectos debe ser una herramienta fundamental.
Quienes no lo hagan, y miren para otro lado, estarán traicionando la lucha de la clase trabajadora, porque no podemos seguir esperando.
Este mundo nos destruye: ¡¡¡Hacia la huelga general!!, ¡¡¡Hacia la Revolución Social!!!.
Secretariado Permanente del Comité Confederal
Secretariado Permanente del Comité Confederal