Nuestra compañera Claudia trabaja en una empresa llamada Ahorraeuros, dedicada a la intermediación financiera, muy conocida tanto entre trabajadores como entre todo tipo de entidades precisamente por su tendencia a no pagar sus deudas. El hecho de que unas empresas roben dinero a otras es algo que nos tiene sin cuidado, pero la CNT no puede consentir que unos usureros de pacotilla pretendan robarle el pan a los/as trabajadores/as, y mucho menos si están afiliadas/os a la anarcosindical.
Desde mediados de Enero Claudia empezó una baja maternal. La empresa debería haberle pagado, por tanto, los quince primeros días de enero para después empezar a cobrar la prestación de la seguridad social. Pero Ahorraeuros, haciendo honor a su nombre, decidió que el dinero estaba mucho mejor en los bolsillos de algún explotador, antes que pagárselo a la trabajadora. En el mes de febrero el Sindicato de Oficios Varios se reunió con los responsables de la empresa para exigirles el pago inmediato de la nómina, pues si no comenzaríamos la acción sindical en una campaña contra su empresa. Poco menos que de rodillas nos lloraron argumentando que no tenían dinero, que las deudas les asfixiaban, que les diéramos tiempo para recibir un ingreso que estaban esperando… Les dejamos las cosas claras y les dimos nada menos que dos semanas de plazo.
Pasado este tiempo la empresa citó a la compañera para pagarle el viernes 14 de marzo. Claudia se presentó allí con dos compañeros del Sindicato. En un ataque de estupidez, el director de la empresa tomó una decisión propia de quien no reflexiona las cosas. Le dijo a gritos a la compañera que no tenía dinero, que no pensaba pagarla y que se marchara de allí. Acompañó estas últimas palabras con una serie de empujones hasta sacar a los compañeros fuera de la empresa.
En menos de dos horas habíamos organizado un piquete que se presentó a las puertas de estos caciques para responder ante la agresión. Unos quince o veinte compañeros/as nos presentamos con megáfono y banderas para contarle a todo el mundo qué clase de gente dirigía esa empresa. Entramos dentro unos cuantos y sin pedir permiso le gritamos en las narices al director que no sabía con quién estaba hablando y que a un trabajador de la CNT no lo toca ni dios. No sabemos si se orinó en los pantalones, pero lo cierto es que no abrió la boca ni para pedir agua. Una vez fuera aparecieron unos señores de azul con pistolas que entraron a hablar con el empresario. En la calle nosotros gritábamos consignas e informábamos a todo el mundo por el megáfono de las prácticas de explotación de esta empresa. Nos sorprendió ver como varios vecinos y trabajadores de comercios cercanos salían a sus puertas a aplaudirnos, como confirmando que estábamos ante un afamado moroso profesional.
Al poco rato los señores de azul con pistola salieron para pedirnos que paráramos el piquete puesto que la empresa se comprometía a pagar en el acto. Y así lo hicieron dando un cheque a la compañera…. ¡sin fondos! Cinco días más tarde todavía tuvimos que avisar a la empresa de que nos había dado un cheque sin fondos. Como no creemos que exista alguien tan imbécil como para querer vacilar a la CNT dos veces, dedujimos que la empresa efectivamente no tenía un solo euro, al borde de la quiebra por deudas millonarias por toda la península. Pero como nos da exactamente igual, con un solo correo electrónico conseguimos que el cheque tuviera fondos.
El apoyo mutuo y la acción directa son nuestras mejores armas. Nuestras únicas armas.