Ultimamente se está debatiendo la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales, algo que la CNT ya reivindicaba hace 20 años, siendo tachados de locos, ilusos y demagogos en aquel momento.
Sin embargo, ahora consideramos que esta medida no es suficiente. En los últimos 20 años la tasa de paro se ha multiplicado por 2, hasta llegar a los casi 3 millones de parados (inscritos o no en el INEM). Ha aumentado la precariedad laboral, con el auge de las ETTs, los contratos basura, etc.
Frente a esta nueva situación entendemos que la única solución viable es la reducción de jornada hasta las 30 horas semanales.
Frente a esta nueva situación entendemos que la única solución viable es la reducción de jornada hasta las 30 horas semanales.
Reducción de jornada...
Puesto que la cifra de parados ya hace tiempo que se mantiene en torno de los 3 millones, no tiene sentido pensar que se va a "crear empleo" espontáneamente. Por eso, es de sentido común pensar en repartir el que ya existe.
A la vista de la magnitud del problema, hay que plantear una reducción drástica de la jornada, es decir, que los que ahora trabajan lo hagan durante menos horas, de modo que para mantener la producción la patronal se vea forzada a contratar parados.
...sin reducción salarial.
Sin embargo, es lógico suponer que los trabajadores a los que se reduzca la jornada no van a querer ver mermados sus ingresos, por lo que, para compensar la pérdida de salario, se dedicarían a meter horas extras.
Está claro que si el mismo trabajador al que se le ha acortado la jornada trabaja horas extras... ¿Dónde queda la reducción? Es por esto que, para que la medida sea efectiva hay que hacerla sin reducción salarial.
Reparto de la riqueza.
Pero, ¿de dónde sale el dinero para que no bajen los salarios? DE LOS BENEFICIOS PATRONALES.
Las grandes empresas anuncian todos los años, sin ningún rubor, cifras de beneficios que superan lo imaginable. Haciendo un cálculo sencillo se hace evidente que la medida no les supone ningún sacrificio.
En cuanto a las empresas pequeñas, es el estado el que debe dar las ayudas pertinentes para que puedan aplicar la reducción de jornada. ¿Y de dónde saca el Estado todo ese dinero? De los gastos militares, policiales, subvenciones a organizaciones políticas, sindicales y religiosas, etc.
Pero no nos engañemos. Ni el gobierno ni la patronal van a ceder por las buenas por cuatro manifestaciones, convocadas por los sindicaleros de siempre. Hay está el ejemplo de como se consiguieron las 8 horas, que el gobierno y la patronal de entonces consideraban una barbaridad.
Sin embargo, la reducción no sirve de nada si no se eliminan totalmente las horas extras, pluriempleos y destajos, se adelanta la edad de jubilación a los 55 años, y, sobre todo, si los trabajadores no toman conciencia de su propia fuerza, se unen de forma asamblearia y autogestionada, y plantean una lucha total hasta conseguir sus reivindicaciones.